Hacía un día de perros.
Caminando por la acera buscaba el lugar y mientras, el dios Eolo hacía de las suyas. Enemigo acérrimo de cortinillas y flequillos que se azuzan al compás del viento como queriendo escapar de sus dueñas cabezas.
Y es entonces cuando me doy cuenta de que no encuentro el lugar que busco. Más bien no encuentro el lugar que en mi mente buscaba pues en realidad lo tenía enfrente de mis narices. Atontado de mi, murmuré hacia mis adentros.
No obstante, el lugar me pareció en cierto modo paradójico pues puertas y ventanas estaban tapadas. No se exactamente el motivo pero me indujo a pensar que las gentes que habitan su interior no desean ser vistos por los transeúntes que transitan aceras. ¿Querían acaso levantar una barrera más allá de la visual entre dos mundos? Quizás estaba suponiendo demasiado.
La puerta estaba cerrada. Toqué al timbre y me abrieron. Fue cosa sencilla. Para mis adentros empezaba a tranquilizarme y entonces me dijo la amable chica de la recepción que la directora no se encontraba en ese momento como me había dicho que estaría. Tardaría más o menos una hora en llegar. De repente las barreras se levantaban de nuevo. No obstante opté por la cordura del que espera con paciencia su oportunidad.
Vuelva usted más tarde. ¿A las 16.00?
Así lo haré.
Y lo hice.
Desubrí para mi sorpresa que mis llamadas y mi interés habían tenido efecto. La directora del centro me recibió amablente tras hacerme esperar un breve momento en recepción, tiempo que aproveché para surtirme de panfletos y trípticos a discrección. Pasé a una tranquila e íntima sala verde donde pude explicarle con calma mi proyecto haciendo uso de mis mejores dotes como orador y constaté con gran alegría que les interesaba la idea y querían participar de ella. Tras llenarme las manos de más papeles nos despedimos con la promesa de concretar más adelante los pormenores del proyecto.
Un pequeño paso en dirección a la meta y esto mi querido amigo ya no tiene vuelta atrás.
Empezamos.
Nuca
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Me ahogo dentro de esta escafandra de soledad. Entre nosotros (ella, yo)
hay un océano, varias cordillera, una mirada y su silencio, mi mano que
busc...
Hace 2 horas
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