100% Valencianos. El titulo tiene miga. Se imaginan lo mismo en Cataluña o en el País Vasco. 100% vascos o 100% catalanes (no se cual es "peor"). Pues que ciertos estamentos de la política y de los medios de masas clamarían al cielo denunciando una conspiración judeo-masonica y nacionalista contra la sagrada madre patria. Un acto vergonzante más de los antiespañoles. Aquí en cambio no pasa nada. Ya lo dijo un hombre cuyo nombre olvide años atrás:
"Los valencianos se conforman con su título de Reino".
Quizás esté divagando y practicando la más pura de las demagogias o quizás no. Lo que si creo que muchos coincidirán conmigo en que agrupar el arte en función de su procedencia geográfica y con este autobombo que pregona el título no es lo más adecuado. Como poco eso.
Con todo esto no quiero desmerecer el trabajo de lo artistas que exponen. Ni se les pase por la cabeza pues por la mía no se ha pasado. Bastante tenemos ya con soportar esas buenas ruedas de molino en comunión y claro, no escribiría estas lineas si lo de dentro no me hubiera interesado.
Todo no, pero algunas cosas si.
No obstante ahí va mi reseña. Ando buscado ciertos referentes con el trabajo que desarrollo y en mi absorto deambular me tope con la obra del videoartista Pedro Ortuño (Valencia, 1966) que ha venido realizando su actividad artística desde finales de los años 80, sometiendo la escultura a las exigencias del empeño de los medios audiovisuales.
Se trata de la obra en forma de videoinstalción "A permanent provisional situation" (Una situacion provisional permanente) de la cual sorprende en primera instancia el aspecto del soporte rudimentario y desgastado, construid0 con madera de lo que parecen ser puertas, ventanas o incluso un mueble antiguo.
Sobre el soporte se monta un cajón forrado de espejos en su interior al fondo del cual se situa la proyección audiovisual de la instalacián, la cual a modo del videoworld construye una serie de micro relatos en relación al conflicto de Palestina.
Narra como una situación provisional política comienza hoy en día a parecer permanente. Propone al espectador una reflexión sobre el cine palestino a través de las voces y memorias de cineastas y artistas de video exiliados en la diáspora, además de cuestionar el uso de las imágenes por los medios de comunicación y de cómo se han convertido en un producto del cual hay que obtener beneficio.
Es interesante el modo de representar la narración como un mosaico de video maximizado por los espejos que genera una ventana a un mundo de infinitos testimonios que llegan hasta donde alcanza la vista y los cuales dan a entender la inmensidad del conflicto del cual existen tantas historias como personas por contar.
100 por 100 valencianos son 10000 valencianos. Allí eramos cuatro personas de las cuales tres eran trabajadores.
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